viernes, 10 de agosto de 2012

Reafirman relación entre Cía Aguilar y las fuerzas represoras

El Tribunal Oral Federal (TOF) retomó las audiencias en el primer juicio de lesa humanidad en Jujuy, los testigos citados ayer aportaron datos en la causa “Avelino Bazán y otros” y confirmaron la relación estrecha entre la Compañía Minera El Aguilar y las fuerzas de seguridad en 1976.
  
Reafirman relación entre Cía Aguilar y las fuerzas

El Tribunal Oral Federal (TOF) retomó las audiencias en el primer juicio de lesa humanidad en Jujuy, los testigos citados ayer aportaron datos en la causa “Avelino Bazán y otros” y confirmaron la relación estrecha entre la Compañía Minera El Aguilar y las fuerzas de seguridad en 1976.
Fueron cuatro los testigos víctimas sobrevivientes al terrorismo de estado, propuesto por el Ministerio Público Fiscal. Fueron extrabajadores mineros de la Compañía Minera El Aguilar quienes fueron detenidos por la Gendarmería Nacional y la Policía en 1976.

La audiencia fue seguida por el imputado Antonio Vargas, ex director del Servicio Penitenciario de Villa Gorriti en 1976, por videoconferencia desde el Complejo Penitenciario de Ezeiza, asistido por sus defensores.
El primer testigo, Alberto Aramayo, brindó su testimonio ante el tribunal jujeño por videoconferencia desde el TOF de Salta.
Relató su detención e identificó al comisario de Policía Justino Rivera y al comandante de Gendarmería Jorge Borges Do Canto, quienes no le mostraron orden de detención. Fue vendado y esposado y trasladado en una camioneta. Aramayo se desempeñaba en la empresa en los movimientos de los vehículos, y le habían pedido que se apurara con una camioneta que Gendarmería necesitaba -posteriormente fue usada para su detención y traslado-. Luego fue llevado a la Central de Policía de esta capital, “por suerte mía, estaba un agente de guardia, amigo de la infancia y gracias a él mi familia se enteró”. En la central de Policía fue torturado, y pudo identificar al comisario Ernesto Jaigh. “Me golpearon para que hable y diga que era extremista, marxista. Querían que diga cosas que no sabía. Preguntaron por Avelino Bazán”, recordó. Aramayo no había tenido actuación gremial.
Días después, un sábado fue traslado al Penal de Gorriti hasta el lunes. Relató que una hermana se movilizó y se comunicó con el obispo José Márquez Bernal de la Prelatura de Humahuaca, quien gestionó su libertad, a fines de septiembre.

Aramayo antes de finalizar su testimonio pidió cobrar una indemnización por daños morales, robo, psicológico y el sufrimiento de su familia. El TOF se comprometió en remitir el acta a las autoridades pertinentes en esta etapa procesal.
 
Lo culpaban por el Aguilarazo

Reynaldo Aguilar relató que al volver de vacaciones el 26 de marzo al reintegrarse a su trabajo en la compañía se presentó en la oficina de personal y Luis Arzuaga lo recibió con mala cara. Luego en su casa fue detenido y llevado al destacamento de la Mina y trasladado luego en la camioneta de la empresa a la Policía Federal y luego al Penitenciario. Estuvo a disposición del PEN. “Nos tomaron declaración, nos preguntaban quienes eran los subversivos, y querían que culparan a Bazán por el Aguilarazo en 1973”. En la declaración estaba Borges Do Canto con una pistola en el escritorio y Vargas del Penal. “Querían que firme una declaración que decía que Bazán era el que organizó el Aguilarazo”.

Además relató que su señora fue obligada a renunciar a la empresa y al negarse la echaron, junto a sus hijos pequeños. “Por el miedo nadie lo quiso ayudar. La empresa hizo un daño enorme a los trabajadores”.
Cuando estuvo incomunicado en el penal, apareció monseñor Medina “digan la verdad y los voy a sacar”. Fue liberado el 6 de agosto.
Bruno Díaz fue detenido en Tres Cruces, sección de la compañía, por Gendarmería. Luego trasladado a la Federal y a Gorriti 47 días incomunicado. En el Penitenciario dijo que habían gendarmes y militares.
El 6 de octubre los cargan en el camión del Regimiento al aeropuerto rumbo a La Plata, “me negué a firmar una declaración contra Bazán”.

El último fue Fausto Calapeña, trabajaba en la sección Molino, fue detenido por la Policía. Luego trasladado al Penal, en un móvil de la Compañía por gendarmes.
Resaltó la relación de la empresa y la Gendarmería “estaban para resguardar el orden de la empresa con un destacamento.
Antes de su libertad, fue llevado al Regimiento y el jefe le advirtió que saldría en libertad y le recomendó que no integre más el sindicato. (Mariana Mamaní)

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